“Y si volviera a nacer repetiría. Y si volviera te daría más amor.”

Amistades peligrosas.

María Lucia cierra los puños con fuerza cuando canta y le gusta. Insiste: cierra los ojos, aprieta los puños y la voz le sale de un lugar reservado para las canciones. Le gusta la música y entonces yo encuentro en esa voz y en esa fuerza una invitación a cantar todas las canciones para el mundo. Juntas hemos pasado noches completas mandando mensajes a las estrellas.

Un día María Lucía me dijo que yo le parecía una persona sensible. Recuerdo ese día como un talismán. Un brillo derrama sobre mí con su mirada. Un brillo que me hace sentir segura de lo que soy. María Lucía es admiradora. Sabe enfocar el ojo. Encuentra la belleza. Hace maravillas. Su mirada que es inmensa, pausada, astuta y divertida, acaricia y redime.

María Lucia es todas las diversiones del mundo.

Con María Lucía quiero hacer libros, imprimir sobre flores, ir a buscar colores nuevos hasta el mar. Quiero cantar todas las canciones al mundo, cerrar los puños y elevarlos al cielo. Atrapar el aire. Con ella quiero conmoverme, estar viva, llorar en carretera.

María Lucia. Qué nombre tan hermoso.