El oficio de ver el mar.
1 min readMay 27, 2024

Quiero también documentar la amargura, la tragedia, el alma despegada, el corazón endurecido, el cuerpo cansado, el apocamiento del deseo, el sol en silencio, el mundo anochecido, el frío en los dedos, el estómago incendiado, un huracán dentro de él, la fuerza que nunca me alcanza para arrastrar el cuerpo hasta la luz. Quiero atender el fuego, darle privilegio al enojo, afilar los huesos, “experimentar la impotencia cuando se está en posesión de un gran capital de palabras que no te sirven para nada”. Poner la atención en los momentos de dolor que son el descarte.

Hablar de las sombras/con el amor que se reserva para el sol.”

Todo esto lo escribo mientras leo Clavícula y recuerdo la primera vez que lo leí. Tenía una pierna partida. Sangre contenida en una hinchazón que se expandió por toda la parte de atrás del muslo: piel hipersensible, músculos tensos, dolor insostenible.

Todo esto lo escribo mientras leo Clavícula porque necesito documentar un cuerpo partido. Necesito la valentía de Marta Sanz, Claudia Masin y Laura Witnner para purgar el malestar con palabras que no funcionan, pero quiero creer que calman.

El oficio de ver el mar.

Si pudiera elegir un oficio quisiera dedicarme profesionalmente a ver el mar.